jueves, 11 de julio de 2013

El arte como botín de guerra.


   Se dice que los ganadores de las guerras escriben la historia. Pero la humanidad a costa de sangre y fuego, sabe que no solo los ganadores relatan sus victorias a su manera; también imponen su cultura, su religión, su lengua y su sistema político.
Los viajeros a Europa relatan que los museos en el viejo continente son enormes, principalmente en Inglaterra y Francia, pero, ¿Cómo es posible que estos países contengan el mayor acervo mundial de todas las culturas teniendo una propia tan pobre? La respuesta es sencilla: invasiones.
La victoria militar es el perfecto ejemplo de todo tipo de libertinajes y ultranzas en nombre del honor: violaciones de mujeres, genocidios, incendios y saqueos. Uno de los grandes botines de guerra es el arte. Poder sustraer los iconos culturales más emblemáticos para acumularlos o corromperlos responde a una necesidad de humillación frente al otro. Siendo los recursos naturales el principal botín de guerra, el arte nunca pasa por primicia al declarar la guerra.

   En la historia mundial y militar los grandes botines de arte incluso han cambiado los rumbos de las naciones. He aquí una pequeña compilación.

Las guerras napoleónicas.


   Napoleón Bounaparte nace en la isla de Córcega. Esto quiere decir que en parte era italiano, en parte francés. Asombrado y enamorado por la potente nación francesa, Napoleón se inclina por la nueva Francia de la Revolución. Enlistado en el ejército, se graduará del colegio militar como jefe de artillería. Años después, se encontrará al mando del mejor ejército de su tiempo y enfrentará a la decadente Italia.

   Napoleón conoce muy bien Italia. Sabe la codicia y aglomeración de los papas y Roma, motivo por el cual siempre rechazo la nación italiana. Sabe perfectamente de la riqueza y lujos guardados en la Toscana. De esta manera, declarará ante su ejército: ''Soldados, estaís desnudos y mal alimentados. Yo os llevaré a las llanuras más fértiles del mundo. Ricas provincias y grandes ciudades caerán en nuestro poder, allí encontrareís honor, gloria y riqueza'' (Maurois, p. 43 y Salvat, p. 3093). 

   La expedición a Italia es todo un éxito, a pesar de ser doblados en número de hombres. La habilidad de Napoleón en la artillería es fantástica. No solo derrota al ejército italiano, sino también a dos ejércitos completos de refuerzo austríacos. El camino a Viena estaba libre.

   Para 1796, Napoleón ya era el comandante bajito, delgado y con cabello lacio, pero al mismo tiempo infundía un gran respeto y una estricta disciplina.

   Napoleón les otorgaba a los italianos una última oportunidad a punta de cañón: o entregaban lo mejor del arte, o la ciudad sería pulverizada a cañonazos. El botín de Italia fue riquísimo: Módena pago diez millones de libras. Parma se libró mediante la entrega de veinte cuadros de Corregio y Miguel Ángel. Para no caer sobre Roma, el papá tuvo que pagar 15 millones de libras y permitir la selección de 500 libros de la Biblioteca Vaticana que se llevarían como trofeo a París, además de 100 esculturas entre ellas el busto de Bruto en el Capitolio, la Loba de Bronce y el Apolo de Belverdere (Salvat, p.3095).

   Convencido de que el museo de Louvre debe contener todos los monumentos más célebres de todas las artes, las obras llegaban a París en carruajes al aire libre. Asombrados los franceses, las piezas que no podían ser llegadas en exhibición llegaban en cajas enormes con letreros que indicaban las obras que contenían.


El tesoro de los nazis.


  La acumulación de riquezas en el Tercer Reich siempre ha sido motivo de fuerte especulación. Hitler no estaba muy interesado en el robo de obras de arte, pues él era un arquitecto fallido y prefería las grandes construcciones y el Reichstag  más imponente jamás visto. Sin embargo, Hitler tenía su pieza favorita: el busto de Nefertiti egipcio. Anterior a la antigua raza griega, para Hitler los egipcios significaban la semilla de la raza aria. Una sorpresa que los griegos no le apasionaran tanto. Se dice que Hitler estaba enamorado del busto de la reina egipcia.

   El miembro de la Alemania Nazi más gordo y más ambicioso en el arte fue Hermann Göring, jefe de la Luftwaffe. Göring era adicto al arte clásico y su casa estaba llena de esculturas griegas y pinturas medievales. De hecho, el siempre fungió como curador de arte ante Hitler.

  Ante tales ambiciones, cuando Alemania invade Francia, todo el museo de Louvre con las piezas napoleónicas fue evacuado. La mona lisa y demás pinturas fueron escondidas en los montes franceses, mientras que la Venus del Milo, el famoso torso sin brazos que se encuentra en la entrada del museo, fue reemplazado por uno falso. Los nazis nunca se dieron cuenta (Hernández, hechos insólitos  de la segunda guerra mundial).

  El arte acumulado en Berlín era simplemente fabuloso. Ahí también se encontraba el ''Tesoro de Troya'' compuesto por la famosa máscara de Agamenón y los collares de Helena, piezas invaluables en oro. El ''Tesoro de Troya'' fue desenterrado por el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann  en Turquía. Prácticamente Schliemann dió a conocer con sus excavaciones que La Ilíada de Homero había sido una guerra real. Las piezas más hermosas veían la luz después de 2500 años de obscuridad. Pero el goce duró poco tiempo, pues al finalizar la Segunda Guerra Mundial, las piezas se  perdieron con el ejército ruso.





Estados Unidos ríe al último.


   Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los alemanes trataron de esconder todo el arte y riqueza que habían acumulado. Se buscaron minas y chalets en los Alpes para esconder el tesoro. Pero era demasiado tarde. Rusia y Estados Unidos invadían sin piedad Alemania. Arte y lingotes de oro estaban valuados en 7.5 mil millones de dólares actuales y 1.5 mil millones en oro (Secretos y misterios de la Historia).

   El Reichbank y su presidente, el Dr. funk, intentaron esconder tan grandioso tesoro en una mina de potasio a 300 Km. al suroeste de Berlín. La mina elegida llamada Kaiseroda ofrecía un escondite perfecto. Al llegar el ejército de los EE.UU. 7 semanas después de esconder las piezas, una mujer, sin pensarlo, dijo: ''Esa es la mina donde esconden el oro''...¡Bingo!

   El 7 de Abril, oficiales de EUA descendieron 700 metros de profundidad y encontraron: mil millones de marcos en 550 bolsas, 8 527 lingotes de oro, monedas de oro y plata francesas y suizas, placas de oro y plata aplanadas para su fácil almacenaje, maletas con diamantes, perlas y piedras preciosas, además de dinero de España, Noruega y otros países. Para que el lector entienda de manera tajante el monto del botín, en la mina Kaiseroda se encontraba el 93.17% de la riqueza total alemana (Ídem).

  Pero no solo eso se encontraba en la mina Kaiseroda, también 400 toneladas de arte que incluían obras de Renoir, Tiziano, Rafael, Rembrant, Durero, Van Dyck y Manet.

 Absolutamente todo el botín quedo en manos estadounidenses y se piensa que se perdieron o cambiaron de manos más de 1 millón de piezas.

  Finalmente, Estados Unidos volvió a hacer la misma jugada en la invasión a Iraq, robando piezas de la antigua Mesopotamia.

  En Junio de 2013, la canciller alemana Angela Merker en una visita a Rusia, exigió a Vladimir Putín y la nación eslava devolver las piezas capturadas durante la Segunda Guerra Mundial.

La suma de riqueza nazi era tan abominable, que ha despertado imaginaciones, supuestos y leyendas. Tanto, que sirvió de inspiración para la cultura popular. El videojuego Medal of Honor ofrece una misión de recuperar el arte en la mina Kaiseroda antes de ser dinamitada y en la serie Los Simpsons se inspiraron en la misma mina para crear un capítulo donde el abuelo Simpson y Montgomery Burns luchan a muerte por la posesión de las obras de arte capturadas por el pelotón ''Los peces del infierno''.

¡Felices trazos!

                                                   Dante Alcalá

  

Para saber más:

Literatura

-''Historia Universal Salvat'', vol. 17. México. 1999.
-''Secretos y misterios de la Historia'', Reader Digest, Italia, 1993.
-Hernández, Jesús. ''Hechos insólitos de la segunda guerra mundial''. Nautilus. Barcelona. 2005.
-Maurois, André. ''Napoléon''. Salvat. Barcelona. 1985.

Videojuegos

-''Medal of Honor''. Electronic Arts. 1999. PSOne. EUA.

T.V. Series

-Groening, Matt. ''Los Simpsons'' en ''El temible Abe Simpsons y su nieto gruñon en la maldición del diabolico pez volador''. 7ta temporada. EE.UU. 1996.