miércoles, 21 de noviembre de 2012

El día más negro en la historia de México



La nación mexicana ha padecido en su historia días lóbregos y tenebrosos. A través de 500 años de consolidar la nación mexicana, podemos encontrar fechas de verdadera tragedia y desgracia. En sus diferentes épocas diversas, salen a la luz terribles acontecimientos relatados con lujo de detalle.


Algunas de estas efemérides negras se encuentran en el calendario: 2 de Octubre de 1968, 19 de Septiembre de 1985 e incluso el 1 de Enero de 1994. Solo por mencionar algunas catástrofes de nuestro México en el siglo XX, acabo de citar un genocidio, un terremoto y un tratado económico. Como vemos, las fechas en sí solas no dicen nada, hay que indagar el contexto histórico, político y socio-económico del momento. Sin embargo para mi la atención se centra en el día más celebrado de todo mexicano: el 15 de Septiembre.


Pero para comenzar a sumergirnos en el lado obscuro del día de la independencia, es necesario regresar más de 150 años en la historia. México pierde más de la mitad de su territorio frente a la creciente potencia de Estados Unidos el 15 de Septiembre de 1847, aquél día de la independencia, la bandera estadounidense ondeó en el Zócalo de la capital. Para mi, el día más obscuro de nuestro país.

Texas


Es imposible entender la guerra méxico-americana  sin el conflicto de Texas. El territorio perdido que fue el comienzo del desastre. Para 1819 Estados Unidos y España firman el tratado de Adams-Onis, donde se establecen los límites entre ambos imperios. Pero establecer las fronteras es difícil; prácticamente nadie ha visto esas tierras. Son desconocidas, áridas, deshabitadas, difíciles y muy lejanas. Cuando Francia vende la Louisiana a Estados Unidos en 1803, por primera vez México y Estados Unidos comparten una frontera común no muy bien definida. Durante años, el límite Oriental de las 13 colonias y sus subsecuentes adquisiciones fue el río Mississippi. La Louisiana se encuentra al Oeste del Mississippi, lo que despertaría la ambición gringa por aquellos territorios. Texas se encuentra entre Louisiana y Coahuila, un extenso territorio incorporado a México desde la independencia de 1821.

El constante flujo migratorio proveniente del otro lado del Mississippi, crearía los sueños de anexionar ese territorio a la Unión. Motivados por la especulación de tierras, esclavismo y mejores recursos, Texas se fue llenando de aventureros gringos.
Durante años, la linea divisoria entre Texas mexicana y Coahuila, fue el río Nueces, situado al norte del río Bravo. Claramente delimitado, el río Nueces separaba ambas provincias de un mismo estado: La prefectura de Coahuila-Texas. El plan de los gringos era separar y apoderarse de la parte texana.

Durante años, los Estados Unidos intentaron comprar una y otra vez Texas a los mexicanos, sabiendo de la debilidad económica y abandono de esas tierras. Los mexicanos nunca cedimos Texas pues como sucedió en plena ocupación, los gringos insistían en mediar el problema con una compra, en lugar de recurrir a la guerra, que siempre fue la última opción.

El factor clave: el esclavismo.


Cuando a un gringo se le pregunta sobre la guerra de Texas y México, siempre responderá que se llevó acabo para ''expandir la libertad'' y llevar la democracia a todos los rincones del continente. Pero si contestas que fue por el esclavismo, empiezan a tartamudear, a balbucear. Nada más verdadero.


Los Estados Unidos estaban separados en dos bandos: Un Norte abolicionista y un Sur esclavista. De esta manera, el congreso estaba equilibrado con senadores de estados esclavistas y abolicionistas. Éste equilibrio entre ambos bandos es fundamental para entender la historia de los Estados Unidos desde la anexión de Texas hasta la guerra civil.
En 1820 Estados Unidos se divide en dos partes con una linea imaginaria en el paralelo 36° 30'' Norte. ''El compromiso de Missouri'' prohibía la esclavitud al Norte de esa linea. Para los esclavistas, sólo quedo una dirección donde expandirse: el Sur, hacía México.



La codicia de Texas se debe a que los esclavistas planeaban apoderarse de ese territorio y dividirlo en 4 o 5 estados para así tener la supremacía en el congreso. Así, los Estados Unidos serían una nación esclavista.



La linea divisoria entre Texas mexicana y la Louisiana era el río Sabinas. Pronto los esclavistas comenzaron el plan de colonizar. Llevar familias protestantes, de habla inglesa y esclavistas era la premisa. A pesar de que México negoció con esas familias regalándoles la tierra  mientras adoptarán el catolicismo, no se logró detener el avance anglosajón.



Otro hecho interesante es que en México bonito la esclavitud fue abolida en 1821, lo que provocaba que los esclavos negros huyeran a México para alcanzar su libertad. Esta situación dio pie para que los esclavistas incursionaran en territorio mexicano con el pretexto de ''buscar su mercancía'' y establecer una nueva colonia sureña en nuestro país.



Puesto que en México predominaba un partido político no amigable con la esclavitud y rechazaba todo intento de compra, los sureños decidieron insurreccionar Texas por las armas. El 2 de Marzo de 1836 los insurrectos proclamaron su independencia y 15 días después adoptaron una Constitución que establecía la esclavitud perpetua (Jay, 1849).



Con el triunfo de la guerra de Texas y la posterior anexión a los Estados Unidos, el gobierno norteamericano buscaba ''legalizar'' la incorporación texana por medio de un justificante. Como el gobierno mexicano siempre optó por una salida burocrática en la definición de limites y territorios, incluidos los tratados originales tanto de la Nueva España como los de México, cartografía incluída, siempre rechazando la opción de compra, los Estados Unidos sólo encontraron una manera de justificar Texas: orillar a México a una guerra.



Inmediatamente comenzaron las hostilidades: El gobierno americano por medio del embajador Mr. Ellis, envió una solicitud de compensaciones de la guerra texana. Algunas de estas reclamaciones de guerra incluían el costo de numerosos barcos mexicanos que se encontraban en puertos texanos y la compensación monetaria de diversos comercios anglosajones. Las absurdas cantidades solicitadas y motivos llegan a su cúspide cuando el documento gringo alberga la frase '' la Secretaria no se halla en posesión de pruebas de todas las circunstancias concurrentes en los casos de daños y prejuicios que se hace mención'' (Jay,1849). Con todo, el gobierno mexicano investigó todos y cada uno de los puntos, dando una satisfactoria resolución. La mayoría de estos casos se resolvían por particulares en tribunales mexicanos. A pesar del enfurecimiento sureño, los Estados Unidos no declaraban la guerra a México por el motivo de que la mitad del congreso perteneciente a los estados abolicionistas del Norte, no encontraban ningún percance ni ofensa de México a la Unión para declarar la guerra.



La premisa de ''llevar la esclavitud hasta el Pacífico'' comienza a arrojar chispas en 1842. Se trató con todos los medios de anexionar California. Una salida al mar crearía una potencia transcontinental entre mercancías de Europa y Asia. Y en medio de éstos continentes un corredor esclavista anglosajón. La codicia de California ya esta implementada en las ordenes del presidente Tyler al comodoro Jones en 1842: apoderarse de los puertos de San Francisco, San Diego y Monterrey (ahora Monterey, California). El comodoro desembarca en Monterrey con la marina estadounidense el 19 de Octubre. Lleva consigo proclamas en español e inglés, reclamando las tierras a la Unión.



La invasión


Una vez que el presidente Polk se decidió por la guerra para anexionarse Texas y California, prosiguió con su plan de pasar el límite de Texas hacía el río Bravo, cuando siempre fue el río Nueces y defender la soberanía de fingido límite. Enseguida arribaron tropas americanas al lado norte del río, con órdenes de esperar la declaración de guerra e invadir y defender el río Bravo.

La trampa estaba puesta: provocar al ejército mexicano para detonar, lo que ellos llamaron, ''una guerra de defensa por invasión a territorio de los Estados Unidos''. El gobierno norteamericano sabía perfectamente que México no respondería a las provocaciones pues desde la independencia de Texas en 1836, ningún ejército mexicano acudió a recuperar Texas. México, un país débil, desorganizado, no se atrevía a invadir Texas protegida ahora por toda la Unión.

El 28 de Marzo de 1846, el General Taylor, sin haber encontrado la más leve oposición, planta la bandera de las barras y las estrellas en el río Bravo. Desde la orilla del río, sus cañones apuntan a Matamoros, Tamaulipas dispuestos a reducirla a escombros. Cinco días después el General mexicano Ampudia llega a la ciudad y entrega un ultimátum a Taylor, quejándose de su avance hacía el río Bravo y que su acto no sólo ofendía, exasperaba, al gobierno mexicano. Le otorga 24 horas para retirarse. El ultimátum fue considerado una prueba fehaciente  de las hostilidades mexicanas. México había caído en la trampa.

Inmediatamente, el General Taylor se lanza al ataque contra pequeños destacamentos militares mexicanos. En ése momento, Taylor informa al presidente Polk la mítica frase ''puede considerarse que las hostilidades dieron principio''. Polk, enterado del mensaje lanza su propia apoteósica frase, llena de sangre y mentira, recordada por cada mexicano: ''sangre americana ha sido derramada en suelo americano''. La guerra comenzaba.


Declarado el estado de guerra en el congreso norteamericano, se procedió a un segundo frente liderado por el General Scott. Esta invasión llegaría por el puerto de Veracruz y llegaría a la Ciudad de México siguiendo la antigua ruta del conquistador español Hernán Cortés. El 24 de Marzo de 1847 comienza el bombardeo de Veracruz. Los relatos de la época comentan que una bomba fue lanzada cada cinco minutos. La destrucción fue tal que Veracruz se rinde al día siguiente. El cálculo de las bajas se estima en 10,000 decesos mexicanos, entre ellos mujeres y niños, contra 65 gringos. Los principales objetivos de los cañones eran las iglesias que servían de hospitales, los edificios gubernamentales y las panaderías delatadas por sus chimeneas y eliminar alimento alguno a los veracruzanos.



La crueldad de la invasión norteamericana se puede leer en las cartas de los soldados y en los periódicos de la época, como relata el matamoros flag: ''El Miércoles por la noche, varios voluntarios de Massachusetts se metieron en la habitación de un mexicano cerca de la plaza mayor y le exigían que les diera whisky. Una mujer que los atendió les dijo que no tenía más que cerveza. Después del altercado, uno de los caballeros sacó la bayoneta que llevaba al cinto y la hundió en el corazón de la mujer''. Un tal Mr. Hine describe así la ciudad el día de la rendición: ''Casi no pasé por una sola casa que no mostrará alguna grieta enorme producida por la explosión de las bombas. Durante mi recorrido llegué a una mansión elevada y señoral en la que había estallado una terrible bomba derribando todo el frente de la casa. Mientras examinaba yo los espantosos daños producidos, salió a la puerta una hermosa niña como de diecisiete años de edad y me invitó a que pasara a su casa. Me mostró el inmobiliario de la mansión hecho añicos y los montones de escombros que yacían por todas partes, y me informó, en tanto sus bellos ojos se llenaban de lágrimas, que la bomba había matado a su padre, a su madre, a su hermano y a sus hermanitas menores, y que se había quedado ella sola en el mundo.



Un mexicano relata así la agonía de su ciudad: ''En el segundo día del bombardeo nos quedamos sin pan ni carne, atenidos a una ración de frijoles que teníamos que comer a media noche, bajo una lluvia de fuego. Ya para entonces todos los edificios de La Merced y La Parroquia habían quedado reducidos a escombros y las calles estaban intransitables (...) Habían desaparecido ya las principales panaderías: no quedaban provisiones de boca''.



Para agregar más amargura al episodio, los estadounidenses estaban convencidos de la inferioridad de la raza mexicana. Mr. Thompson, que fue ministro en México dice en su libro: ''No creo yo que los varones mexicanos tengan una fuerza muy superior a la que es común entre nuestras mujeres. Son por lo general de estatura muy baja y en su mayoría no están acostumbrados a hacer algún tipo de ejercicio ¡Cuán ventajosa y asesina tenía que resultar esa desigualdad!''



En su camino a la Ciudad de México, el ejército de Scott llega a la ciudad poblana de Atlixco. El General Lane, en un despacho oficial del 22 de Octubre de 1847 describe así la escena en un ataque nocturno: ''Ordené que la artillería se colocara en una loma cercana al pueblo, dominándolo y que abriera fuego. Entonces se presentó una de las escenas más bellas concebibles. Cada cañon era manejado con la mayor rapidez posible, y el derrumbe de los muros y los techos de las casas al impacto de nuestras bombas y granadas, se mezclaba con el estruendo de nuestra artillería. La brillante luz de la luna nos permitía dirigir los disparos contra la parte más densamente poblada de aquel lugar''. Un relato sin duda escalofriante cuando se menciona que fue ''bellamente'' iluminada por la luz de la Luna.



Al acercarse a la capital, ocurre uno de los episodios más heroicos, simbólicos y recordados por nuestra patria. El día 13 de Septiembre de 1847, la última defensa de la capital residía en la defensa del castillo de Chapultepec, que por aquellos días fungía como el Colegio Militar. Los personajes célebres recordados en aquella batalla son los Niños Heroés, un grupo de cadetes que significa que eran menores de edad, resistió la embestida enemiga. Más allá de la leyenda de los cadetes, existe un episodio altamente impactante en esa justa. Un grupo de soldados provenientes de Irlanda, llamados El Batallón de San Patricio, habían sido reclutados en las lineas norteamericanas ofreciéndoles tierras al lograr la conquista del enemigo. Sin embargo, durante el desarrollo de la guerra, aquellos irlandeses se desilusionaron del honor y gratificaciones de la guerra al darse cuenta que enfrentaban a un enemigo indefenso, humilde y que prácticamente no les había causado daño alguno. Se menciona en las fuentes que al compartir la misma religión católica mexicanos e irlandeses, éstos sintieron un reconocimiento entre el pueblo mexicano y decidieron abandonar las armas americanas para luchar al lado del bando mexicano. Rebelados en la batalla de Churubusco, el Batallón de San Patricio fue condenado a la horca por traición. Con la soga al cuello, fueron obligados a presenciar la batalla de Chapultepec mirando hacía el castillo y advertidos que morirían al ondear la bandera norteamericana en la cima de la fortificación mexicana. Al izarse la bandera en lo alto del castillo, 50 irlandeses fueron colgados inmediatamente. El episodio del Batallón de San Patricio, es una de las muestras más heroicas de extranjeros que han dado la vida por México. 



Por la mañana del día 14 de Septiembre de 1847, las primeras tropas americanas entran en la Ciudad de México. Se trata de organizar una resistencia, pero las diferentes fracciones políticas impiden una consolidación sólida. Las entradas de San Cosme y Texcoco son bloqueadas con dispares barricadas. El presidente Santa Anna huye de la capital al observar que la causa estaba perdida. Sin embargo, la organización civil es heroica y llena de patriotismo. El mismísimo 15 de Septiembre es relatado por el General Bernardo Reyes: ''Algunos voluntarios americanos dieron principio al saqueo. La gente del pueblo, con hosco semblante, contemplaba con alarde de los vencedores que lanzaban hurras a su bandera que se erguía. La indignación estalló al fin en aquellas almas ultrajadas, caldeadas por la vergüenza de las derrotas; un tiró sonó, sin saberse de dónde, y a ese siguieron otros y otros, que se dirigían sobre los soldados victoriosos. Algunos hombres de la guardia nacional, que se habían disuelto por orden expresa, antes de retirarse del ejército; otros que tomaban de sus casas las carabinas o pistolas, todos se armaron con lo que hallaban a la mano, y los que menos arrojaban piedras contra la tropa americana. Se ocuparon azoteas y torres por aquellos grupos, que exaltados por el dolor, al ver la humillación de la patria, sin dirección alguna se reunían, obedeciendo sólo a impulsos internos'' El general Scott dio ordenes de disparar a éstos focos de resistencia, y algunos soldados entraban a las casas para crear todo tipo de calamidades.



Otro relato tomado de México a través de los siglos índica que la ocupación sólo se consolidó en el primer cuadro de la ciudad. Todo soldado que salia de esa zona, tenía una muerte segura. El libro relata una pulquería que se encontraba en las afueras del centro, y que se había convertido en un cementerio: ''cuando entré noté que había siete cuerpos de soldados en el suelo, la bebida servía para burlar a los soldados y darles muerte. La pulquería se había convertido en un cementerio''. A pesar de la resistencia civil, la bandera de las barras y las estrellas ondeaba en el palacio de gobierno.


El no a la guerra.


No todos los norteamericanos deseaban la guerra con México. Recordemos que los americanos del Norte, los abolicionistas, no deseaban la guerra por diversos motivos. En primer lugar, sabían que esas tierras serían tomadas por los esclavistas. En segundo lugar, el espíritu protestante condenaba enérgicamente las acciones del gobierno. Evitar la muerte, la desgracia, a una nación indefensa realmente dominaba el pensamiento de los abolicionistas. En tercer lugar, los norteños estaban completamente seguros que esas tierras nunca les pertenecieron y estaban contundentemente en contra de una guerra de conquista. Muestras de este sincero sentimiento se pueden encontrar en numerosos diputados y senadores del norte. Mr Benton declara así su sentimiento ante el congreso: '' Yo me lavo las manos de todo intento de desmembrar a la República Mexicana arrebatándole sus territorios de Nuevo México, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas. El tratado en cuanto se refiere al límite sobre el río Grande, es un acto de rapiña sin paralelo de que se hace víctima a México. Es el despojo de 2000 millas de su territorio sin darle a México la menor explicación, a virtud de un tratado que hicimos con Texas y en el cual México no tomó parte alguna. Por medio de esta declaración, los 30,000 mexicanos que hay en la mitad izquierda del río del Norte se convierten en conciudadanos nuestros'' (Jay, op. cit.)

La legislatura de Massachusetts reprochó con toda severidad la conducta del Estado: ''Que semejante guerra de conquista, tan odiosa por sus fines, tan infame, tan injusta y anticonstitucional en su origen y su carácter, debe ser considerada una guerra contra la libertad, contra la humanidad, contra la justicia, contra la Unión y contra los estados libres'' (Ibídem).

La fracción del Norte siempre estuvo en contra de la guerra. Pasaron a la historia aquellos diputados que votaron NO a la guerra en el congreso y fueron llamados los catorce inmortales. Este pequeño relato de la guerra esta dedicado a los catorce inmortales que votaron en contra de la guerra. Poseían una profunda convicción de que la guerra era injusta. Que los nombres de estos hombres que temieron más el día del juicio que el día de las elecciones sirva para reflexionar el episodio tan negro en la historia México.


Jhon Quincy Adams................Massachusetts
George Ashmund...................        ''
Joseph Grinnell......................         ''
Charles Hudson......................         ''
Daniel P. King........................          ''
Henry T. Cranston..................Rhode Island
Erastus D. Culver................... Nueva York


Luther Severance....................Maine
Jhon Strahan..........................Pennsylvania
Columbus Delano....................Ohio
Joseph M. Root.......................    ''
Daniel R. Tilden.......................    ''
Joseph Vance..........................     ''
Joshua R. Giddings...................      ''



''Remember the Álamo Cabrones''
                                                        Dante Alcalá




Para saber más:

-Frías, Heriberto. ''Episodios militares mexicanos''. Porrúa. México. 1987
-JAY, WILLIAM ''REVISIÓN DE LAS CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA GUERRA MEXICANA''. Polis. México. 1947. escrito en 1847.
-Zoraida Vasquez Josefina y Meyer Lorenzo. ''México frente a Estados Unidos''. Fondo de Cultura. 4ta edición. México.2006
-Varios autores. ''Historia general de México''. ColMex.1ra edición.1976. México.
-Varios autores. ''México a través de los siglos''