lunes, 30 de julio de 2012

¿Existe Gatorade en el Olimpo?

La historia

La espectacular historia comienza así: Los griegos se encontraban en guerra con los persas, episodio mejor conocido como Las Guerras Médicas. Darío, rey de los persas, buscaba expandir el imperio más allá de Asia y el Bósforo. Las expediciones de conquista tuvieron grandes logros, incluso conquistando parte de los Balcanes. En su paso arrollador, Darío tomó posesión de las ciudades helénicas de Asia, que pronto se sublevaron al tirano. Las polis pidieron auxilio a la democracia ateniense. En esta ciudad, se llevo a cabo un congreso panhelénico para decidir enviar ayuda o negarla. Finalmente, Atenas envió veinte buques de guerra y expulsaron a los persas con la ayuda de los rebeldes. Darío, al enterarse de la participación ateniense en la justa, se dice que tomo arco y flecha y exclamó: ''¡Concededme, dios, que pueda vengarme de los atenienses!'' Después ordenó a uno de sus ayudantes que cada día al sentarse a la mesa, le dijera: ''Señor, no te olvides de los atenienses''.
Todo nos lo relata Heródoto, en sus Nueve libros de la Historia. Y continúa relatando esta fabulosa historia: Los persas, armados y organizados decidieron pulverizar Atenas. Para ello se embarcaron en el mar Egeo en linea recta hacía el Ática. Pero hicieron una fatal escala en la isla de Naxos, para ajusticiar antiguas deudas con el rey. La demora dío tiempo a la democracia ateniense para prepararse.

Y aquí viene una de las grandes hazañas del ser humano. Se envió un correo a Esparta en demanda de auxilio y el mensajero elegido fue el soldado Fidípides, considerado el más veloz. Recorrió la distancia de 240 km de Atenas a Esparta, en la famosa playa de Maratón. El hecho esta perfectamente comprobado y es una de las mayores pruebas de resistencia física registradas en la historia. La hazaña de Fidípides le daría la victoria a los griegos.

Esta misma carrera se repetirá más de dos mil años después en la ciudad de Londres. De hecho, la prueba de maratón es la competencia más simbólica de los Juegos Olimpicos, ahora con un recorrido de 42 km y siempre es la última en efectuarse.

 

¿Paz olímpica?


Los Juegos Olímpicos se celebraban cada cuatro años, pero la tregua o suspensión de hostilidades para permitir que los que iban y volvian de Olimpia viajaran sin peligro, duraba tres meses. Así es que los griegos, cada cuatro años, estaban no soló en paz, sino reunidos por un común entusiasmo inspirado en móviles superiores a los de su pequeña patría. Los Juegos Píticos, que se convocaban en Delfos también cada cuatro años, alternando con los de Olimpia, llevaban aparejada una tregua parecida. Los Juegos Istmicos se celebraban cada dos años en Corinto y no tenían un carácter religioso tan acentuado como los de Olimpia y Delfos.

En Londres 2012, el mundo se encuentra plagado de conflictos armados en cada continente y en cada latitud. Desde el cotidiano enfrentamiento árabe-israelí en Palestina, la guerra civil en Siria con la ONU desplazada a mero observador ante el temor de una respuesta rusa, hasta la nueva guerra de religión en el sudeste asiático entre budistas e islámicos. Y sin mencionar la primavera árabe que envuelve los países de Egipto, Libia, Túnez e Iraq, las guerras separatistas de Sudán y Mauritania, el renaciente nazismo en los Bálcanes, la ocupación estadounidense en Afganistán y Pakistán. Y sin olvidar los movimientos de inconformes en España, Chile, la misma Grecia, Italia y Estados Unidos. México no está excento del carruaje de Ares al vivir una guerra intestina contra el narcotráfico.

El Imperio Británico dejando a un lado su condición de anfitrión, ha enviado buques de guerra a las Islas Malvinas, al ser reclamadas por el gobierno argentino y acusado a éste de ''colonialista'', en el más puro sarcasmo diplomático. Sin duda, el mundo se encuentra en llamas y es más importante la ocupación, la devastación y la muerte, que unos juegos que sólo duran quince días.

Alcanzando la inmortalidad

Antes del reconocimiento de los atletas con las medallas en metal, los premios eran muy distintos y variados en la Grecia Arcaica. Acudiendo al poeta Homero, encontramos que los galardones eran objetos simples y de uso común. En el monumento literario la Iliada, Aquiles premia a los cinco mejores en la carrera de caballos: el primer premio es una esclava joven y un trípode; el segundo premio consiste en una yegua de seis años con su cría; el tercero, un caldero de bronce que no ha sido puesto aún al fuego; el cuarto, dos talentos de oro, y el quinto, una urna con dos asas. Esta claro que estos premios se otorgaban en los tiempos homéricos. Ya en la época de las olimpiadas, se popularizó las coronas de olivo que se daban en Olimpia. En Delfos las coronas eran de laurel, en Corinto de pino y en Nemea de hojas de apio.

En los Juegos Olímpicos de la era moderna, el cliché de las medallas de oro, plata y bronce corresponde directamente al valor de los metales en el mercado, siendo el elemento aúreo al primer lugar, el metal más codiciado del mundo, recordando que gran parte del valor de la moneda de un país, se sostiene de las reservas de oro del mismo. La plata, es el segundo en valor comercial, al segundo puesto. México es el primer exportador de plata en el mundo y es una tragedia que muy poco de este metal se conserve en tierras aztecas, siendo explotado principalmente por mineras canadienses y británicas, dejando una gran devastación en el sitio. No me sorprendería que gran parte de las medallas de plata otorgadas en Londres, se extrajera en tierras mexicanas. El bronce, aleación de cobre y estaño, se reserva a los terceros lugares. Esta aleación es famosa por su capacidad conductiva, resistencia y maleabilidad.
Sin embargo, estos no son los metales más preciados del mundo, pues existen otros como el Platino, prácticamente inoxidable y muy escaso; el Mercurio, el único metal líquido en temperatura ambiente, utilizado para la extracción del oro, y ahora, cada vez ganan más y más terreno el Níquel y el Cadmio, usados para fabricar tecnología informativa como celulares, chips y computadoras. Como ven, los laureles se ajustan al precio del mercado, a la oferta y la demanda.
Yo sólo recuerdo mis clases de Química Inórganica sentenciando:''Yo no sé cómo la humanidad ambiciona tanto el oro. El oro no ha cambiado la faz de la tierra, como lo han hecho otros elementos más humildes''.

Los consentidos de Zeus

Las olimpiadas antiguas también tenían su competencia estelar: los 200 metros planos. La carrera estaba dedicada a Zeus y la mitología cuenta que cuando el dios era bebé, fué salvado de la muerte por unos atletas que prácticaban los 200 metros. Fue puesto a salvo en la tumba de Pélope, en el valle de Altis. Cuando Zeus creció y se convirtió en el rey de los dioses, premiaba a los ganadores de la carrera otorgandoles ''la inmortalidad''. Para los griegos, muy conscientes de su muerte, ''la inmortalidad'' significaba tener el honor de ser capturados en una estatua o siendo recordado en cantos de gloria. Éstas formas trascienden en el tiempo, siendo recordados eternamente por sus logros. Aún se conservan algunos de estos bustos y placas de mármol con el nombre de los ganadores inscritos en ellas. Buxton nos relata el caso de un joven ganador de la carrera que fue inmortalizado teniendo un coro de nobles que cantaban su gloria afuera de su casa, para honor de su familia, por el resto de su vida.

En la actualidad, la carrera estelar son los 100 metros planos, siendo Usain Bolt, el ídolo de ahora. Pero la gloria ya no se consigue con cantos o bustos, sino con jugosas recompensas, apoyo de los patrocinadores y reconocimiento nacional. Es bien sabido que todos los atletas de cualquier nacionalidad, incluso México, son premiados con dinero, propiedades y autos al regresar a su país de origen. Y el fuerte poder que ejercen los patrocinadores sobre ellos es abrumador. Desde el uso exclusivo de los uniformes, el calzado, hasta las bebidas rehidratantes.
Por lo general cuando los atletas se convierten en aparador de marcas deportivas, pierden sus capacidades extraordinarias. Sólo basta recordar a los medallistas mexicanos Ana Gabriela Guevara y Soraya Jiménez, que tuvieron un ocaso lamentable al incursionar en ámbitos extra-deportivas. Antes lo hacían por Apolo, Zeus y Niké, ahora es por Adidas, Reebook y Nike.

Londres 2012


Los Juegos Olímpicos han comenzado, la paranoia también. El constante bombardeo de publicidad, el merchandising y las exclusivas se llevan los laureles. Con programas deportivos que parecen ''los comediantes'' o concurso de lencería, se deja a un lado el espíritu deportivo. Con comerciales a cada instante, los anillos olímpicos llevan inscrito el nombre de los principales patrocinadores. No quiero dejar pasar la pésima inauguracíón con la representación al estilo Broadway de la destruccíón de la naturaleza y la llegada de la desigualdad. El colonialismo y el racismo son competencias favoritas de los británicos, aderezado con una cultura tan barata como J.K. Rowling o Mr. Bean. Sólo faltó, y por Zeus que lo pensé, que Paul McCartney o Beckham encendieran el pebetero, aunque no se alejó mucho. Después de la impactante demostración en Pekín 2008, el comité organizador no le quedó de otra que regresar los Juegos Olímpicos a una ciudad altamente capitalista.

Damas y Caballeros, ¡los Juegos Olímpicos se han inaugurado! Hagan sus apuestas: en el primer carril va Coca Cola, en el 2 McDonals y en el 3 Nike.

¡Perdónalos Zeus, no saben lo que hacen!
                                                              Dante Alcalá                      



Para saber más:
-Historia Universal Salvat, vols. 4 y 5. México. 1999
-Buxton, Richard. El imaginario griego. Oxford. España
-Garibay, Ángel. Mitología griega.Porrúa. México
-Heródoto. Los nueve libros de la historia.
-Homero. La Ilíada